La ciencia médica dio un paso trascendental en la lucha contra la escasez de órganos. Un equipo internacional de investigadores logró transformar un riñón tipo A en uno funcionalmente tipo O, gracias a una técnica que elimina los marcadores biológicos responsables del rechazo inmunológico. El estudio, publicado en Nature, abre una nueva era en los trasplantes y representa esperanza para miles de pacientes en espera de un donante compatible.
"Es como quitarle la pintura roja a un coche hasta dejarlo en su base neutra", explicó el bioquímico de la Universidad de British Columbia, Stephen Withers, quien lideró el proyecto. Al eliminar los antígenos del tipo A, el órgano se volvió funcionalmente similar a uno tipo O, considerado el más universal. Esta conversión permitiría que cualquier persona, sin importar su grupo sanguíneo, reciba un riñón adecuado en menos tiempo.
El experimento fue llevado más allá del laboratorio: el riñón modificado fue trasplantado en el cuerpo de una persona con muerte cerebral y mostró una sorprendente adaptación durante los primeros días. Aunque luego reaparecieron ciertos marcadores, el sistema inmunológico reaccionó con menos agresividad de la esperada. “Esta es la primera vez que observamos este fenómeno en un modelo humano”, afirmó Withers. “Nos proporciona información invaluable sobre cómo mejorar los resultados a largo plazo”.
Hoy, más del 50 % de los pacientes en lista de espera tienen sangre tipo O, y once personas mueren cada día aguardando un riñón compatible, solo en Estados Unidos. Frente a ese panorama, este hallazgo ofrece una solución más rápida y menos costosa que los métodos actuales. “Así es como se ve cuando años de ciencia básica finalmente se conectan con la atención al paciente”, reflexionó Withers. “Ver cómo nuestros descubrimientos se acercan cada vez más al impacto en el mundo real es lo que nos impulsa a seguir adelante”.