En el corazón de la selva amazónica oriental de Perú se alza una enigmática elevación que ha despertado el interés de geólogos, ecologistas y exploradores. Se trata del Cerro El Cono, una montaña de 400 metros de altura con forma piramidal, que emerge de un paisaje mayoritariamente llano.
Su silueta prominente, visible desde cientos de kilómetros en días despejados, destaca como un hito natural en la frontera entre Perú y Brasil, dentro de la región montañosa conocida como la Sierra del Divisor.
Esta formación se destaca por su aislamiento geográfico y su inusual geometría cónica. Algunos expertos apuntan a que podría tratarse de un volcán extinto, otros sostienen que es una estructura geológica atípica. Incluso ha surgido una hipótesis sin base científica que sugiere que podría tratarse de una pirámide ancestral cubierta por vegetación.
Más allá del misterio que rodea su forma, el entorno del Cerro El Cono es de gran valor ecológico. Está situado junto al río Ucayali, afluente clave del Amazonas, en un entorno rico en biodiversidad. E
n sus bosques habitan especies como el armadillo gigante y el jaguar, ambos en situación de vulnerabilidad. La zona ha sido reconocida desde los años noventa como prioritaria para la conservación debido a su diversidad biológica única.
Cabe destacar que en un intento por proteger este frágil ecosistema, se creó en 2015 el Parque Nacional Sierra del Divisor, un área protegida de más de un millón de hectáreas. Sin embargo, los desafíos persisten: la deforestación ilegal, la caza furtiva y actividades extractivas continúan amenazando la región.
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