La NASA diseño ropa con para el calor extremo. Se trata del tejido Outlast, una tecnología desarrollada originalmente para trajes espaciales, que ahora es utilizada por los ciclistas profesionales en su ropa de competición.
Su objetivo es ayudar a regular la temperatura corporal de forma inteligente, adaptándose en tiempo real a las condiciones del entorno.
En la década de 1980, la NASA se enfrentaba a un problema complejo, cómo proteger a los astronautas de las fluctuaciones extremas de temperatura en el espacio, donde un lado del traje puede estar expuesto al calor del sol mientras el otro se congela en la sombra.
Para solucionar esto, los investigadores desarrollaron materiales con cambio de fase (PCM, por sus siglas en inglés), sustancias capaces de absorber, almacenar y liberar calor cuando cambian de estado, como si se tratara de una batería térmica.
Aunque esta tecnología nunca se aplicó en las misiones espaciales, su desarrollo permitió la creación de un tejido inteligente, posteriormente comercializado bajo el nombre de Outlast.
La clave de este material son las microcápsulas que contiene: diminutos contenedores que almacenan esos compuestos con cambio de fase y que pueden integrarse en fibras textiles sin alterar su apariencia o comodidad.