La nave espacial Starship de SpaceX, impulsada por el cohete Super Heavy, despegó este lunes desde Starbase, en el sur de Texas, y logró amerizar con éxito en una zona prevista del océano Índico. El histórico ensayo fue celebrado como un paso decisivo hacia los futuros vuelos interplanetarios.
Durante la misión, el Super Heavy realizó un descenso controlado sobre el golfo de México tras enviar a la Starship al espacio. El vehículo puso a prueba una configuración especial de motores de aterrizaje antes de explotar, mientras que la Starship desplegó ocho simuladores de satélites Starlink y efectuó un encendido en órbita, demostrando su capacidad de maniobra.
Este fue el undécimo vuelo de prueba del programa y el último del modelo actual, conocido como Versión 2. Tras tres intentos fallidos anteriores, SpaceX logró consolidar una operación exitosa, cerrando una etapa crucial en el desarrollo del sistema que Elon Musk planea usar para misiones a Marte.
La compañía ya trabaja en la Versión 3 del Starship, que promete mejoras en motores, estructura y capacidad de carga. “Estamos construyendo activamente múltiples vehículos V3 Starship y Super Heavy de próxima generación”, anunció Don Hut, portavoz de SpaceX, durante la transmisión del vuelo.
El nuevo modelo incluirá una línea de transferencia de combustible optimizada y un anillo de “etapa caliente” que permanecerá unido al propulsor, además de un rediseño en las aletas para mejorar la aerodinámica. Estas modificaciones buscan incrementar la eficiencia en futuros vuelos orbitales.
Con una altura de 124 metros, la Versión 3 del Starship se prepara para debutar a finales de este año. De alcanzar la órbita, marcará el comienzo de una nueva era en la exploración espacial y consolidará el plan de SpaceX para llevar al ser humano más lejos que nunca: rumbo a Marte.