De surgir en 2020 como una propuesta tecnológica educativa hecha en Perú para evitar que escolares de zonas rurales pierdan clases durante el distanciamiento social debido a la pandemia del covid-19, la niña robot Kipi se ha convertido, en la actualidad, en un gran ecosistema de aprendizaje sin fronteras que incorpora herramientas como la inteligencia artificial, la realidad virtual y aumentada, y próximamente el metaverso para seguir transformando vidas, sobre todo en las zonas más pobres del país, mediante educación de calidad.
“Kipi es no solo una robot; es en realidad un ecosistema de aprendizaje. Tiene su libro con 100 clases para fomentar la lectura y la curiosidad en los alumnos. Ella hace las clases y da la información, interactúa, muestra videos y trata de familiarizar, estimular y emocionar para que los estudiantes aprendan”, manifiesta el docente huancavelicano Walter Velásquez Godoy, creador del androide peruano cuyo nombre quchua significa "cargar" y que no deja de llamar la atención en el mundo.
Avances notables
En entrevista con la Agencia de Noticias Andina, el profesor Velásquez destaca los grandes avances que viene experimentando su creación que, además del castellano y el quechua, idiomas con los que se comunicaba inicialmente con escolares de zonas rurales de Huancavelica, Kipi se expresa en otras lenguas originarias como el asháninka, shipibo-conibo, yanesha, awajún y otras de la Amazonía peruana.
Uno de los peldaños alcanzados en 2022 fue contar con una plataforma de programación en lenguas originarias bautizada como Pla-Ki, los llamados kipilaboratorios en realidad aumentada y el kipilibro concebido por Velásquez Godoy para imaginar y transformar.
“Esta plataforma permite a los estudiantes programar a Kipi en aspectos como los movimientos de su cabeza, brazos y ojos, así como sus desplazamientos, aspectos que ayudan a desarrollar capacidades espacio temporales. De esta manera, esta labor ya no depende solo de mi y los niños pasan de ser solo receptores de información a ser programadores. Al no existir una plataforma de programación en quechua ni en otras lenguas originarias, tuve que crear una. Ha sido una oportunidad maravillosa hacer una plataforma dedicada a ellos”, asevera.
Realidad virtual
Velásquez Godoy afirma que en este proceso de mejora continua que experimenta Kipi se incorporó este año la realidad virtual interactiva para desarrollar aulas virtuales y también el metaverso que ya está presente en el mundo tecnológico y la sociedad. “Se trata actualmente de un paquete conformado por robot, libro, plataforma y este año realidad virtual. Es una forma estratégica y hermosa de enseñar porque todo el material es bilingüe, en castellano y lenguas originarias como el quechua, asháninka y otras cinco más”, remarca.
Ello pudo ser exhibido con éxito en la 36° edición de la Convención Minera Perumin, realizada recientemente en la ciudad de Arequipa, donde Kipi y su creador recibieron elogios por los logros alcanzados con este ecosistema de aprendizaje y donde la niña robot pudo interactuar con numeroso público que asistió al cónclave empresarial.
Alumnos capacitados
El docente originario del distrito de Colcabamba, provincia de Tayacaja, dijo que estos avances no serían posibles sin el apoyo de sus alumnos desde los ocho años de edad, desde el tercer al sexto grado de primaria, a quienes capacita en lenguaje de programación. “Los capacito por meses y años y los certifico. Les hago participar en competencias escolares de ciencia para que estén aptos y me ayuden a trabajar toda esta dinámica”, subraya.
Refiere que este verano 2023 se graduaron los primeros 100 niños quechua hablantes, quienes recibieron capacitación entre enero y marzo de manera gratuita.
“Con el apoyo de la municipalidad hicimos una alianza estratégica y sumamos por los niños de la comunidad. La plataforma tiene toda una secuencia de bloques y un simulador que es la robot Kipi en 3D. Primero se programa en la plataforma, luego ejecutas en el simular y, gracias a que Kipi tiene Wifi libre, la computadora se conecta con el cerebro de Kipi para ejecutar los movimientos de manera real. Entre ensayo y error se va mejorando e aprendizaje con los estudiantes, a quienes parece muy bonito toda esta aventura que van programando en su lengua originaria y la van exponiendo. Todos se ayudan, algunas veces trabajan de manera individual y otras grupal”, puntualiza.
Destaca que el objetivo en esta primera fase de enseñanza de lenguaje programación a escolares de primaria es vincularlos con esta herramienta de una manera sencilla para luego ir sofisticando más la plataforma de Kipi y que ellos también conozcan más en ámbitos como algoritmos, codificación y otros aspectos cada vez más complejos.
“Nunca se había trabajado en robótica y programación en nuestra comunidad, menos con niños quechua hablantes y procedentes de hogares vulnerables en extrema pobreza, sin acceso a la tecnología ni a computadoras. Hay zonas donde no llega ni la televisión ni la radio, inclusive. Esta es una oportunidad que realmente nos está dando buenos resultados y cada vez más chicos y chicas se están involucrando en estos temas”, indica.
Tecnología hecha en Perú
Velásquez Godoy destaca que gracias a los avances que viene mostrando kipi se está convirtiendo en un laboratorio que genera tecnología para Perú. “Todo lo que estamos creando e innovando se está registrando ante el Indecopi para darle originalidad y transparencia a todo nuestro trabajo”, remarca.
Fuente: Andina